Dar

Dios es generoso y por eso nos llama a serlo también. Lo que hacemos con lo que Dios nos ha dado muestra al mundo dónde está nuestro corazón y ayuda a proclamar el evangelio. Queremos glorificar a Dios en cada área de nuestra vida, y eso incluye lo que hacemos con nuestras finanzas.

Traed todos los diezmos al alfolí y haya alimento en mi casa; y probadme ahora en esto, dice Jehová de los ejércitos, si no os abriré las ventanas de los cielos, y derramaré sobre vosotros bendición hasta que sobreabunde.
Malaquías 3:10